No sigo los pasos de El Español pese a su calculada campaña de expectativa. No me interesa mucho su arponero ingenuo. Es Cristina la que de vez en cuando me recuerda lo que andan cociendo. Leo, pues, por Cristina que El Español acaba de celebrar su primera junta general de accionistas, “multitudinaria y efervescente”, al decir del arponero. Leo también que el magnífico y pamplonés Javier Muñoz va a ser su jefe de Ilustración. (Le deseo lo mejor al bueno de Javier).
Todo lo demás es de carcajada. O lo sería si no fuera porque es irresponsable, frívolo, bochornoso. Incluso con récord mundial.
Dice el arponero: “Será un equipo de leyenda que acelerará la transición del viejo periodismo al nuevo periodismo. No destinaremos ni un euro a pagar a la industria papelera, los impresores o los transportistas puesto que todos los recursos se aplicarán a la búsqueda de la excelencia en los contenidos”. ¿También las decenas, los cientos de ingenieros, informáticos y programadores, que son la versión actual de los viejos departamentos de producción? Todo, todito el equipo de El Español, incluido su vanidoso y manipulador director, está configurado por conspicuos representantes del viejo periodismo: mayormente, papeleros y de la casta. Qué casualidad.
Dice también el arponero: “El Español será un periódico indomable que velará vigilante por los derechos de los ciudadanos y la prosperidad de la Nación. Aportará razones y argumentos como buen merodeador intelectual; pero no dudará en rugir cada noche para denunciar lo inaceptable. Con estos atributos es fácil comprender que hayamos elegido y presentado como emblema del periódico al más antiguo símbolo de los españoles: el león español”. ¡Joder! ¡Y yo que creía que el león era el rey de la selva! ¿Pero no habitábamos la piel de toro? Español, español.
Por cierto, que si tanta explicación necesita el arponero para argumentar su elección leonina es que algo no cuadra. Suena forzadito. ¡Vaya viaje nos propone! El Pozo Moro,el reino de León, los galeones que enfilaban hacia las Indias, la Revolución liberal del diecinueve y hasta las dos repúblicas españolas. Me he mareado españolamente. Y anda que el vídeo explicativo… El arponero habla de él maravillas, pero para mí que desprende tufillo del nodo. ¿Son ésas las nuevas narrativas que promete como oro en paño El Español? Para este viaje no necesitamos alforjas…
En fin, el arponero se descuelga con el botón del accionista (valiente majadería), una identidad corporativa rugiente (obra del bielorruso Sergey Kovalenko) y hasta himno (obra de Alex Baranovsky). “Seremos el primer diario de la historia que patentará su banda sonora”, asegura. No, no es broma.
Cristina, no sé si será una finta más del arponero. Yo por mucho que miro al león de El Español no reconozco a periódico alguno y sí al león de la Metro o al pobre Mufasa, el papá de Simba. Tú a lo tuyo. Hoy, como el año pasado, amanece el primer día del resto de tu vida. Abre bien los ojos. Escucha. Por allí anda Rodrigo, ¡Rodrigo! ¿Te imaginas? Lee las noticias y no olvides que eres periodista. Aprende a querer cada página —incluso un roba— como si fuera la última. Y estáte orgullosa: el papel es la base de todo. Ya verás qué bien surca los mares sin arponero ese barquito de papel al que te subes. Que pases un estupendo verano.