Un equipo de investigadores canadienses acaba de demostrar que el ser humano es esencialmente vago. Según su estudio, el cuerpo es una maquinaria prodigiosa que lleva engrasándose cien mil años para gastar la mínima energía posible. Ir a un lugar por el camino más corto o esperar sentados en lugar de permanecer de pie son reflejos genéticos de cuando apenas éramos cazadores. Entonces, había que optimizar el consumo energético para no morir de hambre. “Por eso nos cuesta tanto hacer ejercicio de forma voluntaria”, explica Mikel Izquierdo, director del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra.
Al comienzo del siglo XIX el naturalista alemán Alexander von Humboldt hizo un viaje de cinco años y recorrió 10.000 kilómetros por América del sur. Eso es conocido. Pero no tanto que en el verano de 1802 alcanzó la base del volcán Chimborazo (6.268 metros), la montaña más alta conocida entonces, y que después, durante la ascensión, fue anotando con enorme precisión las especies vegetales que había a cada altura. El resultado, titulado ‘Tableau physique’, se publicó en su ‘Ensayo sobre la geografía de las plantas’ y es una obra maestra de la paleoinfografía. Muestra de un vistazo toda la información recopilada por Humboldt: temperatura, humedad, presión atmosférica… hasta 16 variables apiladas en columnas sinópticas. Y también una sección del volcán en la que se detallan, por ejemplo, el límite inferior del glaciar, qué especies había a cada altura, hasta dónde llegaban los cultivos de patatas o dónde pastaban las llamas. Se llevaría sin pestañear el máximo galardón en los Malofiej del año próximo.
Doscientos años después, una expedición científica ha seguido los pasos del científico prusiano para comprobar que el cambio climático no es ninguna ensoñación catastrofista. Los investigadores han confirmado que, salvo algún error provocado por la instrumentación de la época, la precisión de Humboldt es asombrosa. No sólo eso: también, que el límite de crecimiento de las plantas ha subido desde la cota 4.600 hasta los 5.185 metros y que el inicio del glaciar ya no está a 4.814 sino a 5.270 metros.
L’Equipe, el gran diario deportivo francés con sabor a Tour de Francia, ha cerrado setenta años de historia asabanada y se presenta a sus lectores desde ayer viernes en formato tabloide. La previa del Francia-España de baloncesto ocupó la última portada grande (58x28cm); la primera pequeña (36x28cm) fue naturalmente para la victoria inolvidable de Pau Gasol y los suyos. En España también hubo estreno el viernes: el semanario Ahora llega a los quioscos contraviniendo todos los estudios, todas las tendencias, todas las recomendaciones. ¡En formato sábana! “No era práctico, tenía demasiados artículos, demasiadas disciplinas en las mismas dobles páginas, y no estaba suficientemente ordenado”, se justifica el director de L’Equipe basándose en una encuesta a 10.000 lectores.
Verdaderamente, esto de la vagancia da para una tesis.