Encuentro un folleto promocional de una facultad de Comunicación. Se basa en 27 historias de profesionales graduados en esa facultad. Me parece una buena idea comunicativa, aunque el número es extraño, poco redondo. Será mi tendencia natural al orden, que es más par que impar.
Hago recuento de los 27: cinco graduados en Periodismo, cinco en Publicidad y Relaciones Públicas, cinco en Comunicación Audiovisual, diez estudiantes de máster (Gestión de Empresas de Comunicación, Gestión Audiovisual, Comunicación Política y Corporativa, e Investigación en Comunicación) y dos doctorandos. Los propiamente periodistas digamos que suman el 18,5% del total de historias. Me parece poco. Será mi tendencia natural a pensar que en realidad no puede haber facultades de Comunicación y que el periodismo no tiene nada que ver con la publicidad ni con el cine o la ficción. Vamos, que habría que desglosar en tres las actuales facultades de Comunicación para devolver el periodismo a su corazón.
Pero sigo. Quiero saber quiénes son esos cinco periodistas seleccionados para representar a las decenas de graduados de la facultad durante más de cincuenta años. El pasado, el presente y tal vez el futuro de esa facultad, lo que se vislumbra. Para mi pasmo, sólo identifico a un reportero, y ni siquiera trabaja ya en un medio sino que dirige una productora. Los otros: uno trabaja en una gran empresa de comunicación y relaciones públicas española, otro en la Unión Ciclista Internacional, otro más en Airbus y el quinto en una universidad de América del Sur. Es decir, un 0% de las historias seleccionadas para ‘hablar’ de la facultad corresponde a periodistas en activo, a periodistas que trabajan como periodistas, en medios: diarios impresos o digitales, emisoras de radio, revistas de información, informativos de televisión… En este punto no encuentro palabras para expresar mi tendencia natural. Sólo me cabe consignar que este 0% es una tendencia triste y general.