Hoy me he enterado de muchas cosas raras. Por ejemplo, que Manchester está en Finlandia. Y que la redacción de Aamulehti, el gran diario de Manchester y segundo de Finlandia, no está en Manchester sino en Siberia. Así es Tampere, al sur del norte, la ciudad industrial del país. Donde “hola” se dice “moro”, y también “adiós”. Donde con ínfulas neoyorquinas se proponen levantar el rascacielos más alto de Escandinavia. Donde miran con rechufla a los lapones: esos marcianos que viven arriba, sepultados entre bosques y nieve, muertos de frío, sin nada mejor que hacer. Donde el tango es casi tan religión como el hockey sobre hielo. O eso me cuentan.
Aamulehti está en Siberia porque así llaman a la antigua fábrica textil donde se aloja, un imponente edificio de ladrillo visto en el centro de Tampere. En Aamulehti también pasan cosas raras… Las reuniones no se hacen en ninguna oficina cerrada sino en el espacio abierto que llaman sala Väinö Linna, en homenaje al novelista finlandés autor de ‘El soldado desconocido’, que antes de escribir también trabajó en Siberia cuando allí aún no se hacían diarios y verdaderamente se sentía el frío. Los asistentes a las reuniones de Aamulehti jamás se sientan sino que permanecen de pie en torno a unas mesitas altas bajo la atenta mirada de Linna, según puede ver en la foto que viene a continuación. Por allí reposa una campanilla dorada con la que supongo llaman a reunión. El hallazgo me pone contento. Me recuerda al triángulo de La Nación de Buenos Aires. Esta tarde voy a hacerla sonar y no lo consigo. Descubro que está vacía por dentro, le falta el badajo. Las reuniones aquí son cortas y las campanillas suenan en silencio.
Pero lo más importante es que en los diarios escandinavos siempre encuentras una pizarra blanca. En todos. También en Aamulehti. Es el corazón de la redacción. No las mesas centrales ni las pantallas de plasma ni los rayos solares ni otros artilugios vacuos vendidos como elixir: tan sólo una modesta pizarra con sus marcadores de colores. “Pensamos dibujando, no sabemos hacerlo de otra manera”, me dice alguien. Analógico, abrumador, barato y raro razonamiento. Aamulehti significa “diario de la mañana” y el 99,9% de su circulación corresponde a suscriptores. Ya digo, todo muy raro. Tan raro que me ha salido un post larguísimo en este brevísimo álbum de verano que va tocando a su fin.