Ahora que la veo, me gusta mucho lo apretada que está la cabecera respecto a lo que va debajo en Les Echos. Con el tiempo veo que si hubiera más espacio debajo de la mancheta las proporciones y se irían al carajo. Porque la cabecera es muy grande y aguanta el peso de lo que va debajo cuanto más cerca está. La fina linea de color rojo que hay debajo tiene una doble función, de identidad y de contrapeso. Es curioso. Empezar con un rollo así suena a charla de diseñador, pero en realidad soy más un periodista que intenta entender el diseño.
El material con el que trabajamos nosotros no es solo la linea roja, ni el espacio blanco, ni la tipografía nyte display de la cabecera. Es lo que cuentan las palabras. Es lo que cuenta Les Echos. Ecos. Qué palabra tan preciosa. Dos sílabas. Una va y otra vuelve, alargada. El eco es uno de los efectos sonoros más apasionantes que hay. Los ingenieros lo lograron emular y los músicos lo utilizaron hasta la saciedad desde los años 50 siendo el eco la pátina del rock and roll que hacía a Elvis más sexy que su propia pelvis. Ahí es nada. Detrás de esa palabra hay historias, canciones.
A mí Les Echos siempre me sonó sexy. Una marca sexy. Debo estar fatal.
Eco es también, dice la RAE, ‘Resonancia o repercusión de una noticia o suceso’. El conocimiento que resuena. Eso ya me parece bonito. me acerca a las noticias de Les Echos, que sin duda tienen eco en Francia y fuera de ella todos los días.
¿Cuál es la función del periodista que intenta entender de diseño? Pues creo que averiguar el sentido de las palabras, de los signos, de las herramientas de trabajo. Armar todas esas cosas no para que digan sino para que cuenten. Un corte de pelo dice cosas de alguien, pero no cuenta nada. Si detrás del corte de pelo hay una historia de frustración o de nostalgia, no lo sabremos por el corte de pelo. Eso sólo serían prejuicios. El corte de pelo de Ella Fitzgerald no cuenta. No es nada sin su voz y sus canciones. Aunque vaya pedazo de corte de pelo.
Aquí os dejo un pequeño link de una hora y pico con Ella. Atentos al eco.