Periodismo al servicio… y al rescate. ¡Toma ya! Como si fuéramos menores de edad, ciudadanos desprotegidos y temerosos.
Un dizque gurú lenguaraz y reincidente de apellido Jarvis —al que increíblemente seguimos poniendo la grabadora para que píe— va y suelta que esto no va de contar historias sino de servir, y que la tecnología es la clave de bóveda desde la que reinventar el periodismo. “Hablar de contenido nos limita. Es una idea que pertenece a la era de Gutenberg. El contenido rellena cosas, el servicio las consigue”. Con un par.
Un ex director de periódico y campeón de las vanidades de apellido Ramírez vuelve a proclamar aburrida, cansinamente que su novísimo e inigualable proyecto llega al servicio de los indefensos de este pobre país nuestro. Aburre a un muerto y a bastantes universitarios este Robin Hood del dizque nuevo periodismo que, para llevarlo a cabo, contrata a golpe de talonario y crea una redacción elefantiásica. ¿Lo nunca visto? ¡Ja!
Líbreme yo de tanto salvapatrias. ¡Si lo único que quiero es leer el periódico!
A todos ellos les digo lo que este fantástico cartelito que descubrimos el domingo en Tilcara, provincia de Jujuy: continúen, no se detengan, ¡no estacionen aquí, carajo!