Ha acabado la Navidad. Ha nevado como cuando nevaba…
Hemos comprado un sofá y un lavavajillas. He terminado ‘Berta Isla’. Es el cumpleaños de Miguel. Cristina regresa a Londres. Urabayen nos dejó y mañana le homenajearemos.
No encuentro nada de esto en el periódico: ni en uno ni en otro. Pienso tristemente que los diarios luchan contra un imposible. No es tecnológico ni generacional; cuando brillaban, también eran incapaces. Los diarios —los periodistas— jamás podremos contar lo que pasa, lo que pasa de verdad.
“Eso es lo que suele pasar con las vidas que, como la mía y también la suya, en realidad como tantas y tantas, solamente están y esperan”. Así cierra Marías su última novela y me sugiere que, ante tanta impotencia y otras incertidumbres y desorientaciones, quizá lo único que les queda a los periódicos es procurar no perder la conciencia de su misión abocada al fracaso.